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¿Quién Soy?

Soy Carina Hornos Vera, nacida en la ciudad de Young en el año 1976. Llegué en último lugar a la familia que componían mis viejos José y Laura y mis hermanas Katty y Carola. En esa ciudad crecí y permanecí hasta los 18 años. Fue entonces que como todo joven del interior que quiere estudiar, debe volar del nido (en esa época) y en su propio vuelo encontrar un destino lejos de lo que hasta entonces ha sido su base segura, o al menos la única conocida. Y así fue que al terminar la secundaria emprendí mi vuelo a la capital, en la búsqueda de un camino profesional que aún no tenía del todo claro y que ha dado tantos giros hasta encontrar un cauce.

 

Desde el año 95 hasta hoy día, el recorrido ha sido solamente guiado por mi enorme intuición, olfateando como un perro y confiando en que al llegar, eso que me está esperando y que estoy destinada a encontrar encajará justito en el espacio que fui haciendo para mi mundo profesional.

Educación inicial, psicomotricidad, terapia Gestalt y constelaciones familiares, han sido las formaciones por las que he transitado hasta ahora, con muchos módulos, talleres, seminarios, congresos y postgrados que condimentan y complementan. Actualmente curso una formación que une todas estas herramientas y las plasma en una sala de psicomotricidad. Re-aprender y darle un nuevo sentido a mi profesión ha sido mi objetivo desde que me recibí. Sabía en lo profundo cuando terminé la carrera de Psicomotricidad que ese no era el fin, sino apenas un comienzo, y entendí que no debía volver a una sala, hasta que pueda integrar una mirada holística del paciente… entendimiento que ha tenido sus costos.

He sido buscadora de las constelaciones familiares, aun cuando no sabía que esta herramienta existía. Esa intuición que es una vocecita insistente que no se calla, me lo decía: Hay algo enorme que sostiene y contiene lo que tus ojos no ven y tu razón no entiende. Es ahí donde todo encaja, cada ficha tomada en cada formación, son parte del mismo puzle. Abrir el corazón a lo desconocido y confiar, es lo que me mueve. Fuerza que obviamente aprendí a tomar de mis anteriores. No tengo que ser adivina para saber que de ahí atrás puja esta fuerza (la siento); la tomo cada día como si fuera una pastillita vital y agradezco.

Entre tanto caminar fui formando mi propia familia junto a mi compañero de toda la vida. Nos hicimos padres de tres varones: Juan, Leo y Coti; seres de los que estamos profundamente orgullosos, hoy ya hombres.

El misterio de la vida y su “homeostasis” me maravilla y me sorprende cada día; me hace ser observadora y reflexiva acerca de las miles de estrategias que somos capaces de desplegar con el fin de mantenerla, ser hija, ser pareja, ser madre… una posición, un lugar y tantas dinámicas invisibles… 

 

A partir de hoy elijo compartir con ustedes las reflexiones que logre plasmar en forma de artículo, acerca de todo lo que se me presente como situación digna de ver con nuevos lentes; lentes a los que accedí a través del recorrido formativo y de las tantísimas terapias que llevo puestas. He tenido la dicha de tener grandes maestros, inspiradores, guías que me han mostrado impecablemente la trama. Agradezco a todos y todas quienes han sido parte; hoy comienzo agradeciendo a Natalia Rodríguez, Patricia Vidal y Carlos Bernués, tres de mis tantos referentes.

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